Momentos que hacen que un lugar sea inolvidable son las que no ocurren en ningún otro lugar.
Último domingo por la mañana, mientras trabajaba un poco en el jardín, llamó mi atención el sonido lejano de “clop clop” acercarse a nuestra calle tranquila. Para mi deleite era el sonido de tres sementales negros y sus jinetes dando su Volta, o paseo matinal, en preparación para las fiestas de Sant Joan en Ciutadella a finales de este mes.. Los niños salieron corriendo afuera para verlos pasar junto a la casa y para nuestro asombro uno de ellos se elevó sobre sus patas traseras a lo que los vecinos respondieron con el tradicional Olé!!!! Y todos aplaudimos.
Esta maniobra de alzarse y sostenerse sobre sus patas traseras, arqueando perfectamente el cuello, se llama hacer Un Bot. Es algo normalmente reservado para ocasiones especiales como las fiestas patronales, pero tuvimos mucha suerte al verlo ejecutarse ante nosotros en ese momento. Antes de que tuviera tiempo de tomar mi cámara ya estaban al final de la calle. Se fueron en un momento, pero mi sonrisa duró todo el día.
Este tipo de experiencia es algo que es especialmente menorquín, como el verano se aproxima, el ver a los caballos y sus jinetes en el lado de la carretera llega a ser bastante común. Excepto que no hay nada de común acerca de estos caballos o el verles pasar. De hecho, todo lo contrario, es algo único en Menorca. Estoy convencida de que en ninguna otra parte del mundo se ve esto, simplemente porque en ningún otro lugar existe esta raza de caballo, estas particulares fiestas tradicionales, estas tranquilas calles suburbanas y el paisaje para que puedan pasear con seguridad.
No me canso de ver estos magníficos caballos, y esperamos cada año estos últimos días de calor primaveral cuando salen fuera y están por los alrededores entrenando para la fiesta. Un conmovedor recordatorio de algo que se encuentra sólo en Menorca – Los Caballos de Pura Raza menorquina.